domingo, 25 de octubre de 2015

Aceral de los Vaquerizos en otoño

Ruta otoñal por la sierra de la Guillimona para admirar la policromía de los bosques caducifolios


 Datos técnicos:
-Fecha: 25 de octubre de 2015.
-Longitud de la ruta: 19,06 kilómetros.
-Duración: 4 horas y 20 minutos.
-Desnivel: 589 metros.
-Dificultad: Media debido a la longitud y condiciones meteorológicas.
-Población: Huéscar.

-Enlace de la ruta en wikiloc (hay que registrarse para descargar el archivo): Aceral de los Vaquerizos - Pinar de la vidriera - Pinolaricio gigante

Descripción de la ruta:
La ruta la comenzamos cerca de las ruinas del cortijo del molino, seguimos el curso del arroyo por el aceral de los vaquerizos hasta llegar al Pinar de la Vidriera, pasando por un magnifico bosque de carrascas. Nos desviamos a la izquierda hasta llegar a un cruce donde hay tornajos (fuente). Continuamos ligeramente a la derecha pasando por un bosque de pinos laricios hasta llegar al mirador del aserrador donde hay un pino laricio de grandes dimensiones. Volvemos al cruce y giramos a la derecha por la cañada Bellón hasta llegar al coche.

De interés:
El aceral de los vaquerizos con su policromía en esta época del año, los bosques de carrascas y pinos laricios y el ambiente húmedo de las sendas.

Mapa de la ruta de wikiloc:


Elegimos esta ruta con la esperanza de haber acertado para ver la policromía de los arces en su punto máximos.
Bajando el puerto del pinar, cogemos una carretera a la derecha en mal estado y en pocos minutos llegamos a una chopera donde dejamos el coche y… sí, ¡hemos acertado en la fecha!



El ambiente es húmedo, hay niebla y amenaza lluvia por momentos. Seguimos por una pista cruzando el arroyo en varias ocasiones. Llegamos a las ruinas del cortijo del molino.



Seguimos avanzando maravillándonos de la policromía de los arces y el bosque caducifolio. Es una pasada acertar en el momento preciso y poder disfrutar de las vistas.




Desechamos un desvío a la izquierda por el que volveremos y continuamos recto. A partir de aquí abandonamos el arroyo. La ruta va ascendiendo cuando alcanzamos a un grupo murciano que se dirige a la Guillimona. Pasamos por un magnifico bosque de pinos laricios.




Atravesamos ahora un espectacular bosque húmedo de carrascas y arces. Parece sacado de “El señor de los anillos”. Comienza a chispear ligeramente. Pero vamos bien preparados con una chaqueta Gore-Tex.








Alcanzamos una pista forestal la cual seguimos hasta llegar al Pinar de la Vidriera.




Nos desviamos a la izquierda para atravesar un bosque de carrascas y pinos laricios.




Llegamos a un cruce de caminos donde hay tornajos, un tipo de pilas que desagua por un orifio. Continuamos la ruta por la pista que se desvía ligeramente a la derecha. A partir de aquí la niebla se hace notar con fuerza.




Nos desviamos hacia la derecha para dirigirnos al mirador del aserrador. La niebla se hace más densa y el tamaño de los pinos va en aumento.




Después de una subida corta pero intensa llegamos al mirador del aserrador y sólo vemos niebla… aunque esto le da un toque especial a la ruta. A 10 metros, escondido entre la niebla, divisamos la figura de un pino laricio de dimensiones gigantescas.



Volvemos sobre nuestros pasos hasta llegar al cruce de caminos, volviendo a disfrutar del magnífico bosque de pinos laricios.



Cogemos la pista de la derecha para descender suavemente hasta el arroyo del comienzo. El andar se hace muy cómodo por este tipo de pistas.




Solamente nos queda llegar al punto de inicio, sin dejar de observar la policromía otoñal.








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