Dos
días intensos de montañismo por Sierra Nevada a más de 3000 metros de altitud,
coronando el techo de la península ibérica
Datos
técnicos:
-Fecha: 29 y 30 de
Junio de 2014.
-Longitud de la ruta:
29,09 kilómetros (13,5 el primer día y 15,59 el segundo)
-Duración: 10 horas y
15 minutos (primer día 5 horas y media y el segundo 4 horas y 45 minutos)
-Desnivel: 1863 metros
(1150 el primer día y 713 el segundo)
-Dificultad: Alta debido a la larga duración, al gran desnivel y a la altitud.
-Población: Dílar y
Capileira.
-Enlace de la ruta en
wikiloc (hay que registrarse para descargar el archivo): Sierra Nevada: Veleta (3396m) y Mulhacén (3479m)
Descripción
de la ruta:
La ruta la empezamos
desde el Albergue Universitario, en Pradollano (a 2505m de altitud). Vamos
subiendo poco a poco pasando por El Virgen de las Nieves y posiciones del
Veleta hasta tomar un desvío en la carretera para encarar la subida hasta el
Veleta. De Ahí bajamos hasta el Refugio de la Carihuela y vamos rodeando la vertiente sur de la zona de los tresmiles hasta llegar al collado de Loma
Pelada (3187m). Bajamos hasta el Refugio vivac de La Caldera donde pasaremos la
noche.
Al día siguiente
subiremos al Mulhacén y volveremos hasta la Hoya de la Mora pasando por el
camino hacia el Refugio Villavientos.
De
interés:
Las vistas hacia el
Veleta desde la Hoya de la Mora, las nieves permanentes en verano, los
deshielos y sus calderas, las empinadas subidas a las cimas, las cabras
montesas, la flora endémica. En definitiva, todo el parque nacional es de
interés.
Mapa
de la ruta de wikiloc:
Llegamos al Albergue Universitario y lo primero que notamos es que falta el aire. Estamos a unos 2500 metros de altitud, lo que supone un 20-25% menos de oxígeno en el aire (hay que respirar más veces para que entre el mismo aire que a nivel del mar).
Aparte también cambia
el clima. Hacen unos 15ºC y algo de viento.
Vamos, totalmente
diferente de lo que supone una tarde de verano por tierras ilicitanas…
Un último vistazo al
emblemático pico del Veleta y a reponer fuerzas para el día siguiente.
Nos despertamos y lo
primero que apreciamos fue el viento. Soplaba con fuerza, pero eso no nos iba a
detener. Así que nos preparamos y empezamos a calentar las piernas.
Había bastante gente
que empezaba la ruta donde nosotros.
La hoya de la Mora es
un buen punto de inicio para empezar las rutas de montaña: Buen acceso,
aparcamientos para vehículos y autobuses del parque que te suben hasta las
posiciones del Veleta. Te ahorras 500 metros de desnivel positivo y más de 1
hora y media de subida, pero a nuestro entender le quita todo el encanto a la
ruta y no tiene mucho sentido hacer montañismo en bus…
Rápidamente llegamos
al monumento de la Virgen de las nieves.
Nos cruzamos con un
grupo de vacas que pastan a sus anchas.
Vamos ganando altura.
A lo lejos se ve la ciudad de Granada.
La flora en este
lugar es de gran interés. Endemismos como nevadensia
purpurea y Viola
crassiuscula se pueden observar en este lugar.
Pero sin duda, el
endemismo más representativo de Sierra Nevada es la estrella de las nieves (plantago nivalis).
Ya queda detrás
Borreguiles y el radiotelescopio del IRAM
A unos 3000 metros de
altitud se encuentran las posiciones del
Veleta, antiguos parapetos de la guerra civil.
A la altura del
desvío para encarar la subida final al Veleta, tenemos vistas de Motril y de
Marruecos (en el horizonte) a más de 200 kilómetros de distancia.
Subimos despacio el
último tramo y llegamos a la cima.
Podemos ver desde la
cima la arista de subida al Mulhacén y El Ejido con su mar de invernaderos (es
la única construcción humana que se puede observar desde el espacio)
Tras las fotos de
rigor para inmortalizar el recuerdo, encaramos la bajada hasta el refugio de la
Carihuela, ya que el viento arrecia en la cumbre.
Más flora endémica,
esta vez la genciana azul o alpina (gentiana acualis).
Llegamos al Refugio de La Carihuela, situado a 3205m
de altitud.
Desde aquí tenemos
una buena perspectiva de lo que nos queda hasta llegar a La Caldera: Paso por neveros,
deshielo, valles y al fondo el Mulhacén.
Vemos la primera
cabra montesa del día. No será la única…
Descansamos unos
minutos y reemprendemos la marcha. Aún nos quedan 2 horas hasta llegar al Refugio de La Caldera.
Atravesamos un nevero
grande que aún resiste al calor veraniego. No tiene hielo así que se puede
cruzar perfectamente. Aun así, lo hacemos sin prisa.
Nos vamos encontrando
en el camino varios puntos para recoger agua. Gracias a la nieve, el agua no es
un problema en esta travesía.
Llegamos a las lagunas de río seco.
Ahora el camino se
desvía. Tenemos que tomar la senda que sube al collado de loma pelada (3187m) para
encarar la bajada hasta el refugio.
Otra foto de una
hembra de cabra montesa con su cría
Llegamos al collado y las vistas nos
asombran. La espectacular laguna de la
caldera, el refugio y el Mulhacén. Desde arriba todo parece más cercano y
pequeño. Nada más lejos de la realidad.
A medida que descendemos apreciamos las
dimensiones de la caldera. Es enorme.
Por fin, llegamos al que será nuestro lugar
de descanso: el refugio vivac de La
Caldera.
Hay gente comiendo y descansando en esta
zona. Pero lo más sorprendente es que hay más cabras que personas.
Comemos, descansamos un poco y nos damos una
vuelta por las inmediaciones del refugio. Vale la pena.
Primero echamos un vistazo de cerca a la
laguna.
Después rellenamos las reservas de agua. Hay
un riachuelo donde se puede coger agua cerca del refugio, tomando el camino que
va hacia el refugio Villavientos.
Cuando está atardeciendo, empiezan a llegar
los machos monteses al refugio.
Los últimos rayos de sol los aprovechamos
para ver lo que nos toca al día siguiente: La senda que sube al Mulhacén.
Cenamos y echamos el último vistazo fuera
antes de meternos en el saco y esperar a que se haga de día.
Tras dormir (a ratos, porque muchas
comodidades no hay en el refugio), nos despertamos y vamos ordenando todo para
ponernos en marcha.
A esta altitud cualquier esfuerzo se paga y
ya recoger la mochila y desayunar te deja casi sin aliento.
Decidimos subir a la cumbre sin las mochilas
y las dejamos en el refugio. Como es temprano, no hay gente (aunque no debería
pasar nada…). La verdad es que subir sin peso se agradece bastante.
Decidimos subir a paso tranquilo, sin
agotarnos.
En 50 minutos, nos plantamos en la cima.
Estamos en el techo de la península, a 3479
metros de altitud.
¡Conseguido!
Un vídeo de la panorámica desde la cima.
A esta altitud, falta aproximadamente el
30-35% de oxígeno en el aire con respecto al que se respira a nivel del mar.
A cada persona le afecta de diferente manera.
Por suerte, a nosotros no nos afecta en absoluto, salvo por la lógica sensación
de cansancio continuo.
Para evitar el llamado mal de altura, lo mejor es beber mucho y orinar para eliminar el
exceso de CO2 en la sangre. A parte de no forzar la máquina, obviamente.
Tras las fotos y asimilar unos minutos donde
estamos, bajamos de nuevo al refugio.
Al llegar al refugio, nos encontramos a un
grupo de 20 machos monteses. Aunque imponen bastante, son temerosos e
inofensivos.
Cogemos las mochilas y nos despedimos del
Mulhacén. Volveremos a su cumbre de esquisto y pizarra. Seguro.
La vuelta se hace algo pesada por el
cansancio acumulado y el sol que empieza a calentar el ambiente. Eso sí, las vistas
nos distraen de todo.
Tras una larga bajada, llegamos a la hoya de la mora.
Nos despedimos de Sierra Nevada prometiendo
volver pronto, ya sea para esquiar o para subir a las muchas cumbres que nos
quedan por hollar.
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