Ruta
otoñal por la sierra de la Guillimona para admirar la policromía de los bosques
caducifolios
Datos
técnicos:
-Fecha: 25 de octubre
de 2015.
-Longitud de la ruta: 19,06 kilómetros.
-Duración: 4 horas y 20 minutos.
-Desnivel: 589 metros.
-Dificultad: Media
debido a la longitud y condiciones meteorológicas.
-Población: Huéscar.
-Enlace de la ruta en
wikiloc (hay que registrarse para descargar el archivo): Aceral de los Vaquerizos - Pinar de la vidriera - Pinolaricio gigante
Descripción
de la ruta:
La ruta la comenzamos
cerca de las ruinas del cortijo del molino, seguimos el curso del arroyo por el
aceral de los vaquerizos hasta llegar al Pinar de la Vidriera, pasando por un
magnifico bosque de carrascas. Nos desviamos a la izquierda hasta llegar a un
cruce donde hay tornajos (fuente). Continuamos ligeramente a la derecha pasando
por un bosque de pinos laricios hasta llegar al mirador del aserrador donde hay
un pino laricio de grandes dimensiones. Volvemos al cruce y giramos a la
derecha por la cañada Bellón hasta llegar al coche.
De
interés:
El aceral de los
vaquerizos con su policromía en esta época del año, los bosques de carrascas y
pinos laricios y el ambiente húmedo de las sendas.
Mapa
de la ruta de wikiloc:
Elegimos esta ruta con
la esperanza de haber acertado para ver la policromía de los arces en su punto
máximos.
Bajando el puerto del
pinar, cogemos una carretera a la derecha en mal estado y en pocos minutos
llegamos a una chopera donde dejamos el coche y… sí, ¡hemos acertado en la
fecha!
El ambiente es húmedo,
hay niebla y amenaza lluvia por momentos. Seguimos por una pista cruzando el
arroyo en varias ocasiones. Llegamos a las ruinas del cortijo del molino.
Seguimos avanzando
maravillándonos de la policromía de los arces y el bosque caducifolio. Es una
pasada acertar en el momento preciso y poder disfrutar de las vistas.
Desechamos un desvío a
la izquierda por el que volveremos y continuamos recto. A partir de aquí
abandonamos el arroyo. La ruta va ascendiendo cuando alcanzamos a un grupo
murciano que se dirige a la Guillimona. Pasamos por un magnifico bosque de
pinos laricios.
Atravesamos ahora un
espectacular bosque húmedo de carrascas y arces. Parece sacado de “El señor de
los anillos”. Comienza a chispear ligeramente. Pero vamos bien preparados con
una chaqueta Gore-Tex.
Alcanzamos una pista
forestal la cual seguimos hasta llegar al Pinar de la Vidriera.
Nos desviamos a la
izquierda para atravesar un bosque de carrascas y pinos laricios.
Llegamos a un cruce de
caminos donde hay tornajos, un tipo de pilas que desagua por un orifio.
Continuamos la ruta por la pista que se desvía ligeramente a la derecha. A
partir de aquí la niebla se hace notar con fuerza.
Nos desviamos hacia la
derecha para dirigirnos al mirador del aserrador. La niebla se hace más densa y
el tamaño de los pinos va en aumento.
Después de una subida
corta pero intensa llegamos al mirador del aserrador y sólo vemos niebla…
aunque esto le da un toque especial a la ruta. A 10 metros, escondido entre la
niebla, divisamos la figura de un pino laricio de dimensiones gigantescas.
Volvemos sobre nuestros
pasos hasta llegar al cruce de caminos, volviendo a disfrutar del magnífico
bosque de pinos laricios.
Cogemos la pista de la
derecha para descender suavemente hasta el arroyo del comienzo. El andar se
hace muy cómodo por este tipo de pistas.
Solamente nos queda
llegar al punto de inicio, sin dejar de observar la policromía otoñal.
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